Drácula. Una historia paralela…

Por Ferran Garcés

La novela Drácula, escrita por Bram Stoker, fue publicada en 1897 (edición original) En la portada de la edición de bolsillo de 1901 aparece la primera imagen del famoso conde reptando por la pared de su castillo (edición ilustrada), que es la que mostramos en la foto de cabecera (Fue, por cierto, la imagen que autorizó su propio autor)

La acción de esta conocida historia transcurre un poco antes, en 1893 (1), y comienza con el viaje del abogado Jonathan Harker a Transilvania para preparar la documentación de unas propiedades que ha comprado un conde que responde al nombre de Drácula…

Ese año, 1893, Joan Grau y Vallespinós, obispo de Astorga, sufrió un accidente muy grave mientras Antoni Gaudí, su amigo, estaba construyendo el Palacio Episcopal de la ciudad leonesa. Consciente de que le quedaba poco tiempo para recibir la unción de los enfermos, el obispo confió al arquitecto la documentación de una propiedad que había comprado poco antes: la finca de Bellesguard. Gaudí, después de enterrar a su amigo en un sepulcro diseñado por él mismo, regresó a Barcelona con esta documentación. El comprador no apareció de inmediato, pero finalmente, en 1900, la adquirió Maria Sagués i Molins, viuda de Jaume Figueras i Barulls, otro amigo de Gaudí fallecido repentinamente. La nueva propietaria, sin embargo, se reunió con su esposo en 1907, antes de que Gaudí diera por acabado el proyecto, en 1909. Un proyecto que preveía la restauración de unas ruinas medievales…

Lógicamente, todo esto es solo una coincidencia, pero aquí no terminan las coincidencias…

Contemporáneos del padre de Drácula
Primera mitad del siglo XV

El Drácula histórico no fue un conde, sino un vaivoda, título de origen eslavo que se suele traducir como “príncipe” (2). Su nombre era Vlad III Tepes, o Draculea, “hijo del dragón”, porque su padre, Vlad II Dracul, lo era en honor a su adhesión a la Orden del Dragón, y aquí es donde no terminan las coincidencias…

En 1408 ocurrieron dos hechos: primero, la compra de la finca donde Martí I el Humano construiría el castillo que Gaudí restauraría cinco siglos más tarde (fue él quien lo nombró Bellesguard), y segundo, la fundación de la Orden del Dragón por Segismundo I, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. La insignia de la Orden era el uróboros (del griego oyra, cola, bora, alimento), la serpiente o dragón que se come la cola, símbolo de la unión de los contrarios, así como del ansia de inmortalidad. Unos años antes, Martí I el Humano, al igual que su padre, Pedro IV el Ceremonioso, había adoptado también un dragón como insignia familiar, pero su forma era la de un dragón alado que, en heráldica, recibe el nombre de vibra. Es la llamada Cimera Real (3).

Por otro lado, en 1408, Martí I el Humano era viudo , y solo un hijo suyo había sobrevivido hasta la edad adulta. Al año siguiente, ya instalado en su castillo de Bellesguard, el monarca, viejo y enfermizo, recibió la noticia de la muerte inesperada de este único heredero (4). Martí entonces buscó una nueva esposa con la esperanza de engendrar un nuevo sucesor. Las dos principales candidatas fueron Cecilia de Urgell y Margarita de Prades, dos jóvenes cercanas a la corte de Barcelona. La elegida fue la segunda, y la boda tuvo lugar en el castillo de Bellesguard, pero, como el funeral del heredero aún era reciente, el enlace se realizó con modestia.

Entre los pocos asistentes, cabe recordar a una reina viuda, Violante de Bar, la esposa del hermano de Martí I, a un papa, o antipapa, Benedicto XIII, más conocido como el papa Luna, y a un futuro santo, Vicente Ferrer. Sin embargo, a pesar de sus bendiciones, ocho meses después, a mediados de 1410, murió el rey, sin descendencia, y la nueva reina no estaba encinta. Muy pronto, casi todos los asistentes de aquella boda, contemporáneos de Vlad II Dracul, comenzarían a morir. Solo uno, o una, llegaría a ser contemporáneo del hijo, Vlad III, el auténtico Draculea. ¿Quién o quién?…

En 1412, para decidir quién debía ser el nuevo rey de Aragón, se celebró el Compromiso de Caspe. El ganador fue Fernando I de Antequera, del linaje de los Trastámara. Descontento con el resultado, Jaime II de Urgell, hermano de Cecilia, se enfrentará al nuevo monarca, pero será derrotado, y la familia, una de las más grandes del reino, caerá en desgracia. Violante de Bar, a pesar de haber defendido a un candidato francés, como ella, consiguió conservar su posición, aunque discretamente.

En 1416, también sufrirá un revés de fortuna Benedicto XIII, el papa Luna. Ese año, diversas personalidades de la época se reunieron en la ciudad francesa de Perpiñán. En lugar de reyes, el objetivo ahora era decidir quién era el verdadero papa, después de un periodo conocido como el Cisma de Occidente, en el que llegaron a coexistir hasta tres pontífices. Uno de ellos fue Benedicto XIII, pero, durante esta reunión en Perpiñán, fue desacreditado, hecho que provocará su desgracia.

Sin embargo, en la ciudad francesa también ocurrieron episodios galantes. Allí se reunieron viejos conocidos: Margarita de Prades, Vicente Ferrer, Violante de Bar, y Fernando I de Antequera, junto con otros personajes nuevos. En especial, el emperador Segismundo I, fundador de la Orden del Dragón, ocho años antes, y Oswald von Wolkenstein, uno de sus servidores, quien, además de trovador, se convertirá también en miembro de la orden del uróboros.

En el poema Es fügt sich (5), el trovador recuerda el momento en Perpiñán en que la joven reina viuda, schön und zart (“bella y adorable”), le ató un anillo en la barba, con sus dedos blancos y delicados, y añadió dos agujeros en las orejas para colocarle unos pendientes. Otros poetas de la época elogiaron la belleza de Margarita de Prades. Desafortunadamente, la suerte tampoco tardó en volverse en su contra. Rodeada de penurias económicas, hacia 1419, tuvo que desprenderse del palacio de Bellesguard. Diez años más tarde, fallecerá en un monasterio. El vacío creado por su ausencia lo ocupó Violante de Bar, la otra reina viuda, esposa del hermano de Martí I el Humano, hasta su muerte en 1431.

1431 es un año importante en esta historia paralela, porque fue entonces cuando Vlad II fue nombrado miembro de la Orden del Dragón por el emperador Segismundo I. Más importante aún, alrededor de 1431 es cuando nace su hijo, Vlad III Tepes, también conocido como Draculea. ¿Quién de los personajes que hemos conocido hasta ahora será contemporáneo suyo?…

Contemporáneos de Drácula

Recapitulemos. En 1431, el rey de Aragón –Alfonso el Magnánimo, hijo de Fernando I de Antequera (muerto en 1416)– también formaba parte de la Orden del Dragón. En aquel momento, muchas de las personas que habían asistido a la boda de Bellesguard estaban muertas (el papa Luna, por ejemplo, había fallecido en 1423), o estaban a punto de hacerlo (Juan II de Urgell expirará en prisión en 1433). ¿Quién residía entonces en Bellesguard?…

Contra todo pronóstico, la propietaria del antiguo palacio era Cecilia de Urgell, el único miembro que había logrado sobrevivir a la desgracia de la familia tras la derrota de su hermano, y allí residirá hasta su muerte en 1460, es decir, que fue ella la persona más cercana a los años en los que Vlad III se ganó su otro funesto sobrenombre: Tepes, “El Empalador”.

La tumba no reclamó a Dráculea hasta 1476 o 1477, asesinado o caído en batalla, según las fuentes. De manera paralela, el palacio de Bellesguard, construido al mismo tiempo que se fundaba la Orden del Dragón, había entrado en un largo sueño del que no despertaría hasta 1900, cinco siglos después, cuando Antoni Gaudí lo resucitó casi al mismo tiempo que Bram Stoker rescataba del olvido al temido vaivoda con su novela Drácula.

Lógicamente, todo esto es solo una coincidencia, y aquí deberían acabar las coincidencias, ¿o no?

Hoy es Halloween… ¡Buenas noches!


Notas

(1) Algunas fuentes consideran que el año de la acción de la novela es 1987,  pero estudios recientes parecen indicar que, en realidad, se trataría de 1983. Ver: Molina Foix, Juan Antonio (1993), Drácula de Bram Stoker, Cátedra-Letras Universales, Madrid, p. 26.

Posiblemente, Antoni Gaudí, quien murió en 1926, nunca oyó hablar de Drácula, y si lo hizo, sería de manera muy remota. La popularidad de la novela, como dice Juan Antonio Molina Foix, a escala mundial, llegó “a remolque de su éxito en las pantallas” (Op. cit, p. 11), y las primeras adaptaciones cinematográficas datan de 1922, el Nosferatu de Wilhelm Murnau, y 1931, el Drácula de Tod Browning.

(2) Para un estudio actualizado sobre el personaje real y ficticio de Vlad III, así como la bibliografía más cercana a su tiempo, ver: Moreno Delgado, Juan Carlos (2021), “Epílogo”, en Vlad Draculea. El empalador de Valaquia, EMSE EDAPP, S.L, p. 103-115.

(3) Garcés, Ferran (26/04/2024), “Los 4 dragones de Torre Bellesguard. II parte”, en nuestro blog.

(4) Garcés, Ferran (26/07/2024), “Tal día como hoy: nacimiento y muerte de un rey”, en nuestro blog.

(5) Enlace al texto original del poema “Es fügt sich”: letra (ir a la parte III, que comienza con la frase “Ain künigin von Arragon”, la reina de Aragón). Enlace a la pieza cantada: música.