¿Sabes qué? Un ladrillo catalán y gallego…

Por Ferran Garcés

El viernes pasado le dimos la vuelta a un trozo de cerámica de Torre Bellesguard y, al hacerlo, descubrimos la inesperada historia de un fabricante inglés, con un león y un unicornio en el logo (Alfred Meakin). Hoy le daremos la vuelta a otra pieza con una historia no menos singular detrás, a pesar de ser, a primera vista, solo un “ladrillo”. Nos referimos a los ladrillos que configuran el esqueleto de la casa, especialmente visibles en la Sala de Música, también conocida como la Sala de los Ladrillos.

De un extremo a otro de la Península  

1036 km es la distancia entre la Rúa Leandro Cucurny, en Burela, provincia de Lugo, y la Calle Cucurny, en Montmeló, provincia de Barcelona. En ambos lugares, el odónimo preserva el nombre de la empresa que fabricaba los ladrillos utilizados en Torre Bellesguard. Y antes eran más de una calle. Pere Rodríguez, el alcalde de Montmeló, comentaba no hace mucho en una entrevista cómo “todavía hay mucha gente del pueblo que conoce la plaza de la Constitución como la plaza de la Cucurny” (1) Y es que Cucurny, como todas las grandes fábricas, fue mucho más que un negocio, convirtiéndose en parte de la memoria colectiva de la población donde estaba instalada. El mismo alcalde añadía: “En Montmeló, casi todos conocen a alguien que trabajó allí. Incluso hay vecinos que trabajaron allí cuando eran jóvenes.” A 1036 km, en Burela, podrían decir lo mismo. Esta es, pues, la historia no solo de un “ladrillo” ni de una calle, sino de toda una época, de su gente, de su legado.

Primero novedad, después nostalgia  

Lo que hoy parece “una cosa del pasado”, en su tiempo fue toda una novedad: el ladrillo refractario. Cucurny es el nombre de la empresa fundada en 1840 por Pau Cucurny i Delahaye, un catalán de origen francés al que se le atribuye haber introducido el ladrillo refractario en España, junto con otro fabricante llamado Joan Molas. Sin embargo, los Cucurny acabarían dominando el mercado y, en consecuencia, convirtiéndose en su principal referente (2)

La empresa nació entre Barcelona y, poco después,  L’Hospitalet de Llobregat. En una segunda etapa, la expansión del negocio llevó al establecimiento de una nueva fábrica en Burela en 1908, un año antes de que Gaudí abandonara Torre Bellesguard, y en Montmeló en 1915, un año antes de que Domènec Sugrañes añadiera algunos elementos decorativos a la casa. Como vemos, estamos hablando de una historia paralela.

El Leandro Cucurny de la rúa gallega hace referencia a uno de los miembros de la tercera generación de la familia. En aquella época, además del ladrillo refractario, la empresa era famosa por la calidad del gres que producía, así como por la producción de todo tipo de productos. “Desde los ladrillos, como producto general, hasta piezas de aplicación especial: para minas, fábricas de gas, calderas de vapor, fábricas de vidrio y porcelana, y piezas de gres para fabricantes de ácidos.”  (3)

Durante esos años, los Cucurny abrieron sucursales en Madrid, Cartagena, Málaga, Sevilla y Zaragoza. Fue su mejor época. “Durante la Guerra Civil, la fábrica de Montmeló se nacionalizó y produjo cajas de transporte de armamento para el ejército republicano”, nos recuerda el periodista Oriol Serra, y añade: “Durante la posguerra, recuperó su actividad habitual, hasta que la proliferación de materiales como el vidrio o el plástico devaluaron la cerámica y forzaron su cierre.” (1) En 1980, todas las fábricas y sucursales habían cerrado sus puertas.  

No ha sido hasta 2020 cuando, tanto en Burela (4) como en Montmeló (5), han comenzado a organizar una serie de actividades para recuperar su pasado común. Un pasado que, como hemos dicho, sigue presente en el nombre de algunas calles y en la memoria colectiva de sus vecinos. Sin embargo, el pasado de Cucurny también perdura en las paredes de Torre Bellesguard, configurando su esqueleto, bien visible en la Sala de los Ladrillos. Un pasado que os invitamos a visitar y disfrutar en persona.

Notas

(1) Serra, Oriol (17/03/2021), “Montmeló recuerda la antigua fábrica Cucurny con una exposición”, diario El9nou

(2) En algunos lugares de Internet afirman que Pau Cucurny i Delahaye fue el introductor. Sin embargo, según la Enciclopedia Catalana, el introductor del material refractario fue Joan Molas, pero “la empresa de los Cucurny es, sin duda, la gran empresa de estos productos durante tres cuartos de siglo.” Para ser más exactos, “en 1859, Cucurny y Compañía introdujeron por primera vez con relativo éxito un horno continuo para la cocción” de este material. Después de 1860, Pau Cucurny dejará atrás a Joan Molas y se convertirá en la empresa más importante entre los fabricantes de material refractario en Cataluña. (enlace)

(3) Salgado, Fernando (14/04/2015), “Gres Cucurny o Gres Burela”, diario La Voz de Galicia  

(4) Redacción (30/09/2020), “Burela recupera como Montmeló la historia de la antigua fábrica de gres Cucurny”, revista A Marina Xornal  

(5) Redacció (12/03/2021), “L’exposició ‘Redescobrim l’antiga fàbrica Cucurny’ es podrà veure en el Museu Municipal”, web de l’Ajuntament de Montmeló.