octubre 10, 2025
Por: Ferran Garcés
Gaudí construyó la Torre Bellesguard entre 1900 y 1909. El pasado viernes vimos una selección de retratos del arquitecto en los años previos y durante su realización (ver: los primeros retratos) En este periodo, había pasado de los cuarenta a los cincuenta años. Hoy veremos otra selección de los últimos retratos, marcados no solo por un cambio de edad sino también de ritmo de vida. Alrededor de la época de la construcción de la Torre Bellesguard, el maestro terminaba sus últimas obras privadas, la Casa Batlló (1904-1906) y la Casa Milà (1906-1912), y, poco después, por circunstancias diversas, dejaba inacabados el Park Güell (1900-1914) y la Colonia Güell (1908-1914).
Entonces, hacia el 1914, Gaudí se dedicará sólo a la Sagrada Familia. De manera significativa, a partir de este momento, sus retratos serán cada vez más numerosos, a causa de su creciente popularidad y el hecho que, con la esperanza de recaudar fondos para proseguir las obras, se prestó, de buena gana, a atender a culquiera que se acercarse por el templo. De esta manera, como escribe Juan José la Huerta, “La Sagrada Familia era ya en vida de Gaudí, y sin comparación, el monumento más fotografiado de Barcelona” (1) En consecuencia, rodeado de gente, tarde o temprano, no podrá evitar la captura de alguna cámara al acecho…
1910: La primera foto “pública”
Gracias al impulso del conde Güell, el principal mecenas de Gaudí, entre el 15 de abril y el 30 de junio de 1910, el arquitecto fue objeto de una exposición en París, la única fuera de España que se le dedicó en vida. En la exposición se mostraron planos, maquetas y fotografías de sus obras, destacando la Sagrada Familia, el Park Güell y el Palacio Güell. Una de aquellas fotografías era la del mismo arquitecto, que se conviritió en la primera en hacerse pública y, por esta razón, ha sido muy reproducida posteriormente. Ahora bien, fiel a su aversión a los reconocimientos públicos, Gaudí rehusó asistir a la exposición.

Foto oficial de Gaudí por la exposición de París de 1910. Font: Wikipedia
Por otro lado, una razón muy diferente lo mantuvo alejado no sólo de París sino de cualquier otro lugar. Las tensiones sociales, como la Semana Trágica de 1909, y el desgaste acumulado en los años anteriores, los más productivos, llevaron el maestro a sufrir una grave crisis. Al final, tuvo que coger un descanso. Lo hará en Vic, la ciudad de donde era obispo su gran amigo Josep Torres i Bages. A pesar de residir en el palacio de un rico terrateniente, Gaudí -fiel a su carácter modesto- eligió la habitación más modesta de la casa e insistió en conservar su estilo de vida ascético. Aún así, el reposo no tuvo efecto y en la primavera del año siguiente, el arquitecto volvió a enfermarse. Probablemente de brucelosis, una enfermedad bacteriana de transmisión animal. Esta vez se fue a Puigcerdá, un pequeño pueblo situado en los Pirineos, en compañía de otro gran amigo, el doctor Pere Santaló. Allí se alojaron en el Hotel Europa, en el centro de la villa. Durante las primeras semanas, el arquitecto no se podía mover de la cama e incluso llegó a hacer el testamento. Ahora bien hacia el otoño, recuperó las energías, y volvió a Barcelona. Le esperaban muchas ocasiones para ser fotografiado…
1914-1915: Gaudí, “guía turístico de sí mismo”
Cuatro años más tarde de la exposición a París, las fotos de Gaudí como “guía de sí mismo” se hacen cada vez más numerosas. De hecho, son las imágenes que han contribuido a dar forma al mito del genio, como un señor mayor de barba blanca con la Sagrada Familia de trasfondo. Ahora bien, el templo no es su última obra. Recordamos que el encargo lo había aceptado en 1883, cuando todavía era un arquitecto joven poco conocido y reservado, y del cual, en consecuencia, casi no se conserva ninguna foto. No obstante, tres décadas más tarde, aquel joven se había convertido una auténtica celebridad. Aquí lo vemos en compañía del presidente de la Diputación de Barcelona, Prat de la Riba, y el obispo de la ciudad, Enric Reig i Casanova, en 1914.

Gaudí enseñando la Sagrada Familia al obispo de Barcelona, Enric Reig Casanova, y al presidente de la Mancomunidad de Catalunya, Enric Prat de la Riba, 30 de noviembre de 1914. Font: Wikipedia.
En esta otra imagen, Gaudí muestra la Sagrada Familia al nuncio apostólico de Roma, el cardenal Francesc Ragonesi, en 1915. En aquella ocasión, el cardenal describió a Gaudí con una frase que se ha hecho famosa: “Dante de la Arquitectura”. No son las únicas fotografías, pero no podemos subirlas todas. Lo importante es constatar que, en todas ellas podemos apreciar cómo el templo y la fama del arquitecto crecían de manera paralela.

Visita del nuncio Ragonesi a la Sagrada Familia. Autor: Josep Branguli, 1915. Font: Wikipedia
1919: La pasión secreta de Gaudí: la música
En contra del estereotipo de un genio místico y ermitaño, confinado en su taller, el arquitecto mantuvo contacto con el mundo exterior. Nada más hacia el final, disminuyó el ritmo de interacciones a causa de un empeoramiento gradual en su salud. Mientras pudo, fue un consumado melómano. Además, era una actividad que podía permitirse con todo lujo de facilidades porque uno de sus mejores amigos fue Lluís Millet. Notable director y compositor, Millet también era un gran promotor cultural. Con otros músicos, fundó el Orfeón Catalán y el Palau de la Música Catalana. Gaudí siempre era bienvenido y se conservan varias anécotas de su paso por dichos conciertos (véase: “El humor” mediterráneo de Gaudí)
En el año 1916, incluso, participó en un curso de canto gregoriano, el principal “hobby” del maestro. Recordamos que fue atropellado cuando se dirigía a la iglesia de San Felip Neri, donde iba a menudo porque, además de la misa, también podía practicar esta forma de música. Se ha conservado un documento gráfico de aquel curso. En él, lo vemos con sus compañeros de curso, incluido Lluís Millet. Ahora bien, reservado como era, aparece un poco escondido en medio del grupo.

Curso superior de Canto Gregoriano, Palau de la Música Catalana, junio 1916. Font: Archivo del Orfeón catalán
1920: El genio bajo el sombrero, o de perfil…
En resumen, Gaudí pasó los últimos años de su vida recibiendo visitas en la Sagrada Familia y participando en diferentes actividades culturales. No todo era trabajo. A veces, los visitantes eran amigos suyos. Aquí lo vemos en compañía del ya mencionado Lluís Millet. Aquel día se hicieron dos fotografías. En una Gaudí oculta su rostro con el sombrero. En la siguiente, un poco burlón de nuevo, solo muestra el perfil. A su lado, Millet parece estar riendo del gesto de su amigo.

Gaudí paseando con Lluís Millet, 1920. Centro de Documentación del Orfeón. Font: blog Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Los días 11 de 1924: El año de la procesión y de la detención…
Hacia el final de su vida, el número 11 se repite en la biografía de Gaudí. Por ejemplo, el día 11 de junio de 1924 se tomó la última fotografía del maestro. Tenía setenta y dos años. En ella, lo vemos formando parte de la procesión del Corpus enfrente de la catedral de Barcelona. Está acompañado por miembros del Círculo Artístico de Sant Lluc, una importante institución de su tiempo, de la que fueron miembros otros conocidos artistas y, entre otros, la familia Figueras, los primeros propietarios de Torre Bellesguard.

Antoni Gaudí en la procesión de Corpus Christi, 16/06/1924. Autor: Brangulí. Archivo Nacional de Cataluña.
El 11 de septiembre de aquel mismo año, Gaudí fue detenido cuando quería entrar a la iglesia de Sants Just i Pastor, situada no muy lejos del escenario de la anterior foto, la catedral de Barcelona. Su intención era participar en una misa celebrada en honor a los catalanes caídos durante el asedio de Barcelona en 1714, pero la reciente dictadura de Primo de Ribera la había vedado (véase: una misa prohibida) Aquel día, sin embargo, no había ningún fotógrafo cerca.
11 de junio de 1926. El último retrato
El jefe de los escultores de la Sagrada Família se llamaba Llorenç Matamala. Era uno de los amigos más antiguos y que mayor tiempo pasaba con Gaudí, dado que trabajaban en el mismo lugar. En enero de 1925, Llorenç sufrió un ataque de apoplejía, que lo dejó postrado en la cama. Gaudí entonces abandonó su casa del park Güell y pasará las noches en una habitación improvisada en el obrador del templo. La familia de su amigo vivía en una casa muy próxima. Cada noche, lo irá a ver. Todas menos la del 7 de junio de 1926…
Aquel día 7, Llorenç se extrañó de que Don Anton, como él lo llamaba, no lo visitase. Ni aquel día ni los siguientes. No sabía que su estimado amigo acababa de ser atropellado. Don Anton murió el día 10 de junio. Le faltaban dos semanas para cumplir los setenta y cuatro años. Llorenç todavía sobrevivirá un año más, pero sin salir ya de la cama.
Al día siguiente, otro día 11, los principales diarios empezaron a hablar de la defunción. Para ilustrarla, se hicieron dos dibujos. Uno de ellos era de Ricard Opisso, un dibujante que empezó a trabajar en la Sagrada Família con doce años, como delineante, y que llegó a ser uno de los grandes cronistas gráficos de su tiempo (3). El segundo, lo firmaba Joaquin Renart, gran artista modernista que también fue presidente del Círculo Artístico de San Lucas y del Orfeón Catalán, dos instituciones que, como ya hemos dicho, estaban fuertemente vinculadas a Gaudí. Ahora bien, alguien más hizo una imagen postrera del maestro: el hijo de Llorenç, que también era escultor y siguió al frente de las obras de la Sagrada Família a la muerte tanto de su padre como del arquitecto.

“Antoni Gaudí agonizante”. Dibujo aparecido a la portada del diario “La Publicitat”, el 11 de junio de 1926. Ricard Opisso. Font: Reus digital.

“La muerte del arquitecto Antoni Gaudí”, 12 de junio de 1926. Joaquim Renart. Font: Biblioteca de Catalunya.
Los ojos se han cerrado
Llegamos al final. Recordamos el principio.
El 15 de marzo de 1878, Gaudí acabó sus estudios. Tenía veintiséis años. Necesitaba una fotografía. Era la primera que se hacía. Aquel día, Gaudí, con su habitual sentido del humor, comentó a su amigo el escultor Llorenç Matamala: “Llorenç, dicen que ya soy arquitecto”. Cuarenta y ocho años más tarde, el hijo de este mismo amigo, Joan Matamala, también escultor, sería el encargado de hacer un busto a partir de su máscara mortuoria, la madrugada del 11 de junio de 1926. Curiosamente, aquel día era la festividad de San Bernabé, el santo del único campanario que el arquitecto vio acabado antes de que sus ojos se cerraran por siempre jamás.

Retrato de Antoni Gaudí I Cornet. 15 de marzo de 1878. Autor: Pablo Audouard, Font: Wikipedia./ Busto de Antoni Gaudí realizado a partir de la máscara mortuoria, la madrugada del 11 de junio de 1926. Joan Matamala. Font: web de la Sagrada Familia.
Notas
(1) Lahueta, Juan José (2021), Gaudí, Museo Nacional de Arte de Cataluña, p.49
(2) Bassegoda Nonell, Joan, El maestro Gaudí, Campesino editores, Barcelona, p.168-174.
(3) Redacción: “Sale a la luz uno retrato inédito de Gaudí”, Fundación Antonio Gaudí.
Este dibujo apareció el 11 de junio de 1926 en una revista denominada La Publicitat, pero, poco después, se perdió el rastro del dibujo. Para verlo de nuevo fue necesario esperar al 2019, año que la galería Gothsland lo mostró en el marco de la exposición “Barcelona y Los Cuatro Gatos”. Hasta entonces, el retrato había formado parte de una colección privada. En la parte inferior de la imagen vemos la firma en catalán del artista y un breve título: “Antonio Gaudí agonizante. Dibujo de Opisso”. En un extremo de la almohada, también distinguimos el pie de una cruz.
Según Gabriel Pinós, el director de la galería, probablemente, esta frase la escribió el editor de La Publicidad, puesto que la ilustración sirvió para hacerse eco de la muerte de Gaudí un día antes.