¿Sabías qué? La carta de la reina que perdió su palacio…

Por: Ferran Garcés 

Alrededor de estas fechas, en 1415, un libro estaba a punto de desaparecer del antiguo palacio de Bellesguard. En realidad, casi todos sus libros, una gran cantidad de árboles, y la titularidad de su propietaria… 

En la foto de cabecera vemos la página de un manuscrito de la obra Décadas del historiador romano Tito Livio, publicado en 1505. La carta de la que hoy hablamos, escrita el 27 de noviembre de 1415, menciona una edición de este libro, pero un siglo más antigua, cuando aún no se había inventado la imprenta y, en consecuencia, mucho más valiosa. La carta la firma Margarita de Prades , propietaria del antiguo palacio de Bellesguard, aunque por poco tiempo, porque, según sus propias palabras, “nosotros vivimos y pasamos con gran afán y miseria nuestra vida y estado” (1). 

Para entender la carta —y las penurias de Margarita— debemos retroceder en el tiempo hasta el 17 de septiembre de 1409. Entonces, en el palacio de Bellesguard, se celebró una boda real, entre Margarita de Prades, la autora de la carta, y el rey Martín I el Humano. Un palacio en el que sabemos que había una biblioteca excepcionalmente grande para su época, un periodo conocido como el Humanismo, el movimiento cultural del Renacimiento. 

Tanto el esposo como la esposa de esta boda se habían criado en un ambiente erudito e, incluso, Margarita inspiró versos admirados a poetas renombrados de su tiempo. Sin embargo, debido a una crisis que venía de lejos, también sufrieron la pésima situación económica de la corona (2). La carta mencionada anteriormente, escrita el 27 de noviembre de 1415, sirve como ejemplo tanto del brillo cultural de la Casa de Barcelona como de su apagada extinción. 

El rey Martín I murió el 31 de mayo de 1410, dejando a la reina Margarita una herencia envenenada, a causa de las deudas acumuladas. En el momento de la carta, la reina se encontraba en Perpiñán, intentando mejorar su cada vez más insostenible situación personal. De hecho, para cubrir los gastos de su viaje y estancia, Margarita tuvo que pedir dinero prestado, que nunca pudo devolver. 

¿Y por qué estaba en Perpiñán? La ciudad francesa vivía entonces los días más esplendorosos de su historia. Todo un séquito de grandes personalidades se había reunido allí para tratar la extinción del Cisma de Occidente, un grave conflicto que enfrentaba a todos los reinos de Europa. Margarita, en cambio, solo esperaba encontrar un protector para su causa. 

¿De qué habla la carta? En ella, la reina viuda pedía la copia traducida al catalán de las Décadas de Tito Livio, que formaba parte de la biblioteca del palacio de Bellesguard (3). Sin embargo, en el momento de la carta, los influyentes asistentes ya habían abandonado la ciudad. Todos, excepto ella, quien, por falta de recursos, no había podido marcharse. Por ello, tal vez quería el libro para venderlo y conseguir algo de dinero, o simplemente para leerlo y disipar el aburrimiento. 

La situación era grave: gran parte de los servidores de Margarita también la habían abandonado, y los que tenía en Barcelona no parecían prestarle mucha atención. Como el libro no llegaba, el 14 de diciembre la reina reiteró la petición, e intentaría de nuevo el 4 de enero de 1416, sin obtener respuesta alguna. En realidad, muchos de los libros de la biblioteca real de Bellesguard se estaban vendiendo sin el permiso de la reina para cubrir la gran cantidad de deudas contraídas, o bien por la falta de autoridad efectiva para evitarlo (5). 

Como podéis imaginar, nuestra historia no tiene un final feliz. La estancia en Perpiñán había agotado los pocos recursos de Margarita. Un documento del 8 de enero de 1416 menciona la orden de talar algunos de los árboles que rodeaban el palacio de Bellesguard con el fin de intentar cubrir parte del préstamo solicitado. A pesar de ello, las angustias económicas siguieron persiguiendo a la reina viuda y arruinada. Otro documento, del 25 de noviembre de 1419, nos habla de cómo la viuda de Martín I perdió finalmente el palacio de Bellesguard y el resto de sus bienes. Recordemos, de paso, que, un poco antes, Margarita se había casado en secreto e incluso tuvo un hijo. Cuando estos hechos se hicieron de dominio público, la reina perdió todos los pocos derechos que le quedaban sobre el patrimonio real (4). 

Sin esperanza de rehacerse, Margarita tuvo que conformarse con encontrar refugio en el Monasterio de Valldonzella, en Barcelona, primero, y después en un humilde monasterio de su tierra, en el Priorato tarraconense, donde la sorprendió la muerte a los 42 años el 23 de julio de 1429. En ese momento, la biblioteca de Bellesguard ya se había dispersado por completo, incluidas las Décadas de Tito Livio, el libro que nunca se envió a Perpiñán, alrededor de estas fechas, en 1415… 

Notas 

  1. Juncosa Bonet, E. (2021). «Nós vivim e passam ab gran afany e misèria nostra vida e stat». Las dificultades económicas de una reina viuda. El caso de Margarita de Prades (v. 1410-1430). 2ª parte: El reinado de Alfonso el Magnánimo hasta la muerte de la reina (1416-1430): «Nós vivim e passam ab gran afany e misèria nostra vida e stat», Aragón En La Edad Media, (32), pp.187–224. 
  2. Fort i Cogul, E. (1998, 2ª edición), Margarida de Prades, Episodis de la història, Rafael Dalmau, Barcelona, pp. 26-35. Véase además Durán i Cañameras, F. (1956), Margarida de Prades, Barcelona, p. 28 y ss. 
  3. Ferrer Santanach, M. (Junio de 2010), “La traducció catalana medieval de les Décades de Titus Livi”, Universitat Autònoma de Barcelona, p. 70. 
  4. Para más información, véase, dentro de nuestro blog, el siguiente artículo: Garcés, Ferran, 17/02/2023, “¿Sabías qué? El Estrella de Venus y un amor secreto…” 
  5. Vall i Comaposada, Josep M. (2014), Bellesguard. De la residència de Martí l’Humà a la torre de Gaudí, Duxelem, Barcelona, p. 54.