octubre 17, 2025
Por Ferran Garcés
En casi todos los artículos que hemos escrito de época modernista, hemos hablado del Círculo Artístico de San Lluc. Es inevitable: la época -y la figura de Gaudí- están profundamente relacionadas con esta institución. Entre sus miembros históricos figuran artistas que marcaron la identidad cultural de la ciudad, así como la vida personal y las obras del arquitecto, dado que algunos también eran amigos y/o compañeros de trabajo. Otros, incluso, clientes, como la familia Figueras, los primeros propietarios de Torre Bellesguard, y Lluís Graner, pintor y empresario teatral que le encargó un chalé muy cerca de esta casa, además de un cine, hoy desaparecido, donde se proyectaban espectáculos religiosos (veáis: el chalet Graner y la Sala Mercè).
Esta peculiar entidad nació el 1883 a raíz de una escisión del Círculo Artístico de Barcelona, fundando un poco antes, el 1881, y, enseguida, identificado con las tendencias liberales, bohemias y anticlericales. Parece que la división tuvo lugar después de un par de fiestas con un final “inmoral” (1). Estos indecorosos eran, entre otros, Ramón Casas i Pablo Picasso. En oposición a ellos, el Círculo de San Lluc reunió a los artistas más conservadores con una visión católica, y, a la vez, catalanista, inspirada en las ideas del obispo Josep Torras i Bages, una de las personalidades más influyentes de su tiempo y, por supuesto, también amigo de Gaudí (2) Un buen número de obras religiosas de la Barcelona modernista se gestionaron entonces entre miembros de esta entidad (3).
Hemos elegido hoy para recordar al Círculo porque el día 18 de octubre se celebra la fiesta de Sant Lluc, el patrón de la institución. Un santo muy especial. Fue el autor del Evangelio que lleva su nombre y de los Hechos de los Apóstoles, otro influyente libro del cristianismo. La tradición lo representa redactando sus libros o bien retratando a la Virgen María, de forma que era, a la vegada, escritor y pintor. Como tal, ha acontecido patrón de los artistas El nombre por el Círculo de Gaudí parece, pues, acertado. En otras ciudades europeas también se fundaron asociaciones parecidas con el mismo nombre. A continuación, muestramos un cuadro representativo de la iconografía de San Lucas, aunque, según el autor y la época, esta tradición se ha interpretado de muy diversas maneras (veáis: cuadros de San Lluc).

Giorgio Vasari como San Lucas pintando a la Virgen”, 1565. Font: Wikipedia. El toro en un extremo del cuadro es el símbolo tradicional de San Lucas como evangelista.
Al principio fue “Círcol”, no “círculo”
Cuando nació el círculo en 1893, su nombre fue deliberadamente arcaico, de forma que, en lugar de “Círculo artístico de San Lluc”, sus fundadores decidieron que fuera “Círcol de Santo Lluch”. Así uno vemos escrito en un par de carteles históricos. El primero es de Joan Llimona, pintor especializado en arte religioso y uno de los fundadores.

Cartel de la Exposición del Círcol de St. Lluch” el 1897. Autor: Joan Llimona.
El segundo cartel es de Alexandre de Riquer, polifacético artista catalán que aconteció una de las figuras más importantes del modernismo y destacó, en especial, como diseñador gráfico. Junto con Joan Llimona, fue otro de los socios fundadores. Fue un apasionante defensor del ideal de los antiguos gremios propio de la germandat prerafaelita que conoció personalmente durante un viaje en Inglaterra. En la entrada de la actual sede del círculo, sobresale un vitral inspirado en este cartel.

Cartel año 1899 de la cuarta exposición del Círcol de Santo Lluch. Autor: Alexandre de Riquer. Font: Colección MNAC, Museo Nacional de Arte de Cataluya.

Vitral en la entrada del Círculo de San Lluc. Autor de la foto: Juan María Pérez Samper. Font: La Vanguardia.
Un “Círcol” bien gaudinià
El “Círcol” fue fundado por diferentes artistas y personalidades de la época que aparecen a menudo en cualquier biografía de Gaudí. El primero de ellos fue Joan Llimona, el autor de uno de los carteles que hemos visto antes y, quizás, la personalidad más activa de la entidad (4). Era tan amigo de Gaudí que fue el único artista al conseguir que el arquitecto, de natural reservado, se aviniera a hacer de modelo en dos cuadros y, además, figurando como un santo (ver: Sant Felip Neri). El hermano, Josep Llimona, colaboró con Gaudí en el Rosario Monumental del Monasterio de Montserrat, esculpiendo el Cristo Resucitado. Otros miembros del “Círcol” relacionados con el maestro fueran:
- Joan Rubió i Bellver. Arquitecto colaborador de Gaudí. Fue el responsable de gestionar la obra del viaducto de Bellesguard y uno de los presidentes del “Circol” (ver: Joan Rubió) También acompañó a Gaudí en Palma de Mallorca para realizar su restauración.
- Ricard Opisso. Gran cronista gráfico de la ciudad que empezó a trabajar con Gaudí en la Sagrada Familia, donde sorprendió al maestro con rápidos dibujos de varias escenas cotidianas (ver: los primeros retratos de Gaudí) La primera exposición de sus dibujos tuvo lugar el 1900, el año que Gaudí empezaba Torre Bellesguard. Pocos años después, se distanció de la entidad con el objetivo de seguir otros estímulos estéticos, pero sin separarse del todo (5) La prueba que mantuvo algún tipo de contacto es que aquel fatídico 10 de junio fue él el encargado de hacer el postremo retrato del arquitecto, ya agonizante. Solo otra artista tendrá el mismo privilegio: Joaquim Renart, pintor modernista de los y un presidente del “Círcol” (ver: los últimos retratos de Gaudí).
- Lluís Millet. Compositor de música muy amigo de Gaudí, tanto que aparece con él en diferentes fotografías (ver, de nuevo: los últimos retratos). Los dos compartieron diferentes actividades musicales, como un curso de canto gregoriano y el primer concierto de la Pasión según san Mateu de Bach al Orfeón Catalán (ver: Retorno en su origen y el humor “mediterráneo” de Gaudí).
- Josep Ràfols i Fontanals. Arquitecto e historiador del arte catalán. Entró al “Círcol” siente muy joven. De grande fue el primer biógrafo de Gaudí, con un libro escrito el 1828, así como la primera persona a ocupar la Real Cátedra Gaudí, entre 1956 y 1960.
- Joan Miró. Uno de los pintores catalanes más conocidos. Como Ràfols, entró muy joven al “Círcol” pero, a diferencia de él, a pesar de coincidir con Gaudí, Miró, en un principio, no se vinculó personalmente con el arquitecto. Ahora bien, en años posteriores, Miró manifestará siempre una gran admiración por la obra de Gaudí (6)
Como ya decíamos, resulta difícil hablar de Gaudí sin mencionar el “Círcol”, en un momento u otro. La conexión, pero, más destacada es, como ya hemos dicho, la figura del obispo Torras y Bages, el principal ideólogo detrás del “Círcol” y uno de los mentores espirituales del arquitecto. De hecho, “Gaudí no entrará al Círculo hasta el 1899, cuando la influencia del doctor Torras y Bages sobre el arquitecto se haya hecho notoria y creciente”, como observa Armand Puig y Tàrrech (7)
La relación de Gaudí con los felipons, nombre de los miembros del “Círcol”, será profunda y continuada, hasta su muerte. De manera significativa, la última fotografía de Gaudí -y una de las más conocidas- tiene de nuevo, al “Círcol” como telón de fondo. En esta fotografía vemos a Gaudí formando parte de una procesión del Corpus Cristi con otras personas. Todas son socios del “Círcol”. El estándar detrás de Gaudí es el de la asociación y había sido diseñado por Alexandre de Riquer, el autor del cartel que sirve de modelo por el vitral del recibidor de la actual sede.

Antoni Gaudí a la procesión de Corpus Cristi, 11-06-1924. Autor: desconocido. Font: Archivo Nacional de Cataluña
Lo “Círcol” hoy
El Círculo de San Lluc ha cambiado a menudo de dirección, aunque siempre ha sido ubicado en el Barrio Gótico, es decir, en el corazón de Barcelona. Casualidad o coincidencia, la sede original estuvo en la calle del Call, el mismo del primer estudio de Gaudí, apenas licenciado.
Durante un tiempo estuvo en las dependencias encima de Els 4 Gats, el bar-restaurando más conocido de la Barcelona modernista. Actualmente, se encuentra muy cerca de la catedral de Barcelona, en una sede digna de su pasado, el Palacio Bassols, también conocido como Palau Mercaderes.
Después de una época de esplendor, tuvo que cerrar las puertas durante la Guerra Civil y gran parte de la dictadura franquista. Por fortuna, hacia los años cincuenta, abrió de nuevo sus talleres. En la nueva sede, ofrece sesiones de dibujo, la actividad tradicional de la entidad, grabado, escultura y fotografía. La oferta se amplía con espacios por exposiciones, debates y otros cursos. Hay que recordar también la singularidad de su biblioteca, que guarda una riquísima colección de revistas modernistas de todo el mundo, como Le Japon artistique, Jugend, The Studio o locals, com Hispania y Pèl & Ploma.
En resumen, fundado el 1893, para reunir en los artistas conservadores del modernismo, con el tiempo se ha adaptado a los cambios sociales y culturales, de forma que su historia es una ventana a la cultura y la sociedad catalana. Recientemente, ha sido galardonado con prestigiosos premios como la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, Mèrit Cultural de l’Ajuntament de Barcelona o el Premi ACCA del gremi de crítics d’art.
Notas
(1) Hughes, Robert (1992), Barcelona, Anagrama, Barcelona, pp. 618-620
Ver también: Van Hensbergen, Gijs (2002), Antoní Gaudí, Plaza & Janés, Debolsillo, pp. 148-149.
(2) Crispe, Marta (coordinadora), 2016, Torras y Bages. Hombre de la Eternidad. 1846-1916, Obispado de Vic, p. 165-209
Ver también: Hughes, Robert, op. cit., pp. 619-621
(3) Hughes, Robert. Op. cit., 621-622
(4) Bracons Clapés, Josep, “Joan Llimona y los artistas del Círculo Artístico de Santo Lluch”, web del Enciclopèdia Catalana
(5) Cadena, Josep M. (1986) Gente nuestra: Opisso, Ediciones de nuevo Arte Thor, Barcelona, pp. 15-23
(6) Boix, Antonio, “Joan Mirò en el Círculo Artístico de San Lucas, 1913-1918. Una influencia novecentista”, blog Arte Contemporáneo General.
Ver también: Joan Miró. Serie Gaudí, blog Fundación Miró
(7) Puig y Tàrrech, Armand (2024), Antoni Gaudí. Vida y obra, ed. Pórtico, Barcelona, p. 142-143