Por: Ferran Garcés 

Gaudí nació en junio, un día 25 de 1852, y murió el mismo mes, un 10 de junio de 1926. En otras palabras, el arquitecto mediterráneo nació y murió a medio camino del solsticio de verano, el día con más luz del año. Es, por tanto, un buen momento para recordar la importancia de la luz en la obra de Gaudí. 

Ahora bien, no se trata de una luz cualquiera. Él mismo se encargó de precisar cuál era en distintas ocasiones. La lista de frases es larga, pero todas pueden resumirse en una palabra: Mediterráneo. Para ilustrarlo, hoy comentaremos un chiste de Gaudí imposible de entender si no se tiene en cuenta la importancia de la luz mediterránea para él. 

Claridad vs. nieblas… 

La luz mediterránea debía de ser un tema recurrente en las conversaciones con Gaudí, ya que distintas fuentes hablan de ella (véase: La luz, la luz del Mediterráneo). Como recuerda Joan Bergós, biógrafo de Gaudí que lo conoció en persona: “Le gustaba contrastar la claridad de los filósofos mediterráneos con las nieblas de los nórdicos.” (1) A modo de ejemplo: 

“La afirmación fundamental de Descartes pierde claridad al desplazarse hacia el norte; el silogismo yo dudo, luego existo es el más ilógico que se puede concebir; lo lógico es yo dudo, luego ignoro. Los filósofos mediterráneos solo dicen el yo, porque eso ya indica la existencia. Esta tiniebla alcanza su máximo con Kant (que era de Königsberg, cerca de Rusia) y es la misma tiniebla de los nihilistas y bolcheviques.” 

Isidre Puig-Boada, otro biógrafo y contemporáneo de Gaudí, recuerda estas otras frases: 

“La virtud está en el punto medio; Mediterráneo significa en medio de la tierra. En sus orillas de luz media y a 45 grados, que es la que mejor define los cuerpos y muestra su forma, es donde han florecido las grandes culturas artísticas, por la razón de este equilibrio de luz: ni demasiada ni poca.” (2)

“El arte, pues, no es del norte, de ellos es la ciencia; la arquitectura es mediterránea.” (3)

Breve contexto musical 

Para entender el chiste, o anécdota, también hay que hablar brevemente de Lluís Millet, la persona que nos la cuenta. Fue uno de los principales amigos de Gaudí y una gran figura pública de la música en Barcelona (véase: Música II). Debido a su cargo, como fundador y director del Orfeó Català y del Palau de la Música Catalana, organizó la visita a Barcelona de grandes personalidades musicales de Europa. Gaudí siempre era invitado a aquellos conciertos, y el chiste al que nos referimos hoy tuvo lugar durante una de esas invitaciones. La personalidad mencionada en la anécdota es Albert Schweitzer, teólogo, médico y músico, nacido en Alsacia, entonces parte del Imperio Alemán. 

En la época modernista, casi todo el mundo sentía una gran pasión por la música germánica, y en especial por la de Wagner. Ahora bien, Gaudí parece que prefería la música popular catalana y el canto gregoriano, los otros pilares musicales de su tiempo (véase Música III). Al menos, eso es lo que parece expresar la siguiente anécdota, recogida por Lluís Millet en 1926, poco después del entierro de Gaudí. (4)

El chiste de Gaudí 

“Cuando por primera vez en el Orfeó Català interpretamos la Pasión según San Mateo, de Bach, llevé al Dr. Schweitzer a la Sagrada Familia, quien quedó admirado por la obra, interesándose vivamente por el autor, un hombre tan pequeño de estatura y de tan prodigiosa genialidad.
Schweitzer, esa personalidad también tan extraordinaria, gran apóstol del sublime Cantor de Leipzig, quiso saber la opinión de Gaudí sobre la Pasión según San Mateo.
—¿La habéis escuchado? —le preguntó—. ¿Qué os ha parecido?
Gaudí quedó un momento sorprendido y luego contestó:
—No pensaba que me gustaría tanto… pero —añadió con una sonrisita irónica—, me parece que estos —señalándome a mí— lo han arreglado un poco.
[…]
La Pasión de Bach lo había conmovido con su profunda unción y dominante potencia, pero aquello era arte germánico, lo veía alejado de la luz mediterránea, y buscó la defensa de su credo en la interpretación dada por el elemento local, nacido a la luz del mar luminoso que nos rodea. No hace falta decir cuánto nos hizo reír la paradójica respuesta.”

Notas

(1) Bergós i Massó, Joan (2011). Gaudí. L’home i l’obra. Lunwerg, Barcelona, p. 30. 

(2) Puig-Boada, Isidre (1980). El pensament de Gaudí. Compilació de textos i comentaris. Barcelona: Publicacions del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, p. 98. 

(3) Ibídem, p. 118–120. 

(4) Casasús, Josep Maria (10/06/2016). “Antoni Gaudí”. Diari Ara.