Tal día como hoy, Bellesguard, fotos de 1906

Por Ferran Garcés

La Hormiga de Oro es una revista publicada en castellano en Barcelona entre 1884 y 1936. Su fundador, Lluís Maria de Llauder (1837-1902), fue un reconocido carlista con firmes ideas católicas, que deseaba adaptar los valores conservadores a las novedades de la prensa de su tiempo, poniendo especial cuidado en la calidad de los grabados y las fotografías (1) Hoy mostramos las publicadas en la edición del 11 de agosto de 1906, es decir, un día como hoy hace casi poco más de cien años (2).

El artículo lo firma Jeroni Martorell i Terrats (1876-1951), el arquitecto al frente del SCCM, el Servicio de Catalogación y Conservación de Monumentos Catalanes, desde 1914 hasta su muerte. Sabemos que Martorell sentía una especial predilección por la obra de Gaudí (3), razón por la cual organizó numerosas visitas a sus obras. Vemos algunos de los elementos que destaca el autor, tanto del exterior como del interior, de la Torre Bell-Esguart, que es como se escribía entonces. Un edificio, como veremos, verde por fuera, y blanco por dentro…

Verde por fuera

“El edificio se halla construido con piedra de una cantera vecina. Por eso sin duda, su color armoniza maravillosamente con el lugar en que se encuentra; el tono de las montañas que le sirven de fondo, de las masas de vegetación que le rodean, entona afinadamente con él”. Hoy en día, muchas de las “masas de vegetación” se han urbanizado y convertido en casas y calles como la Ronda de Dalt. Resulta difícil imaginar el entorno natural de este edificio, ahora bien, para entender mejor el proyecto de Gaudí, es necesario tener en cuenta el paisaje que lo rodeaba al principio, dado que era un edificio pensado para ser visto desde muy lejos y, perfectamente, camuflado en su entorno natural.  

El aspecto de la Torre Bell-Esguart, en aquel tiempo, debía sorprender mucho porque también es el principal rasgo distintivo comentado por José F. Ràfols, arquitecto amigo de Gaudí, en el primer libro publicado sobre él, tres años después de su muerte. Literalmente, dice:  “es un puro abrazo del arte y del paisaje” (4).  

Entre 1906, el año del artículo, y el 14 de agosto de 1908, se construyó un viaducto para desviar el camino que atravesaba la propiedad por el lugar donde se conservaban las pocas ruinas del castillo de Martí I el Humano. Ruinas que sirvieron de inspiración a Gaudí para dar a la casa su característico estilo neogótico. Además, la actual calle Bellesguard, entonces, era un torrente ya mencionado en documentos de la Edad Media. A continuación, mostramos una foto de la Torre Bell-Esguart que conoció Gaudí, con el viaducto en plena construcción. ¡Qué panorama tan diferente si pudiéramos viajar al pasado!

Blanco por dentro

De poder retroceder en el tiempo, tan sorprendente como el exterior de la Torre Bell-Esguart, nos resultaría su interior. Entre 1915 y 1922, Domènech Sugrañes, un colaborador de Gaudí, añadió diferentes elementos decorativos en la entrada de la casa, como la lámpara central y un zócalo cerámico, de color mayoritariamente azul. Gracias a una fotografía publicada aquel 11 de agosto de 1906, podemos ver el vestíbulo sin los mencionados elementos. Originalmente, todo el vestíbulo era de color blanco (5).

Otra de las fotografías del mencionado artículo nos permite ver el salón comedor (6) Gracias a ella, podemos intuir su aspecto original, y constatar que, como el vestíbulo, también era eminentemente blanco. Durante los años 50 y 70, esta zona se transformó en el quirófano de una maternidad regentada por los segundos propietarios, la familia Guilera, que eran médicos. Muchos barceloneses y barcelonesas han nacido aquí (seguir el siguiente enlace para conocer algunos testimonios: los niños de Bellesguard). En resumen, Torre Bellesguard es mucho más que un edificio. Antes y después de él, se convierte en un lugar de memoria, repleto de historia y… vida. 

Notas

(1) Hibbs-Lissorgues, Solange (1991), “La prensa católica catalana, de 1868 a 1900 (I)”, Anales de literatura española, núm. 7, p. 99-119  

(2) Ejemplares digitalizados de La Hormiga de Oro en la Hemeroteca Digital de la BNE, Biblioteca Nacional de España  

(3) Galí Farré, David, y Lacuesta Contreras, Raquel (2004), “Antoni Gaudí y Jeroni Martorell”, Gaudí y el SPAL, Quaderns Científics i Tècnics de Restauració Monumental, Diputació de Barcelona, Barcelona, núm. 14, p. 13.  

(4) Ráfols, José F. Antonio Gaudí, Editorial Canosa, 1929, p. 75

(5) Ráfols recupera esta foto en su libro, Op. cit., p. 103.

Más información sobre el balcón: Un balcón dentro de casa.

Más información sobre el color blanco original y el cambio a los elementos con color: Muerte de Doménech Sugrañes

(6) Lo mismo ocurre con la foto del salón, Ibíd. p. 105.