Tal día como hoy: nacimiento y muerte de un rey

El 25 de julio de 1374 vino al mundo el futuro Martín I, rey de Sicilia, llamado el Joven, para distinguirlo de su padre, Martín I el Humano,o el Eclesiástico,  rey de Aragón. No solo era el primogénito sino el único hijo vivo del monarca cuando se instaló en el palacio de Bellesguard a principios de 1409. Sin embargo, no será por mucho tiempo… falleció otro 25 de julio de ese mismo año. En la foto de cabecera podemos ver su tumba en la catedral de Cagliari, Cerdeña. Se trata de un impresionante mausoleo blanco con las cuatro barras del Señal Real de Aragón. Vamos a ver cómo se produjo esta muerte, que transcurre paralela al final también de Martín I el Humano en Bellesguard.

Sale el sol

La época de esplendor de la Casa de Barcelona, el linaje de Martín (padre e hijo), se suele situar entre finales del siglo XIII y mediados del siglo XV, período de su expansión por el Mediterráneo. La actual Torre Bellesguard fue diseñada como un homenaje a ese período, tanto por el aspecto neogótico de la casa como por los símbolos que componen su decoración. Vemos, por ejemplo, diferentes soles que hacen referencia a la salida del astro rey como alegoría de la gloria obtenida entonces (1). Sin embargo, en realidad, el dominio sobre el Mediterráneo fue una situación más bien precaria, con incesantes “días tormentosos”, debido a las revueltas constantes. El mismo Martín I el Humano, antes de coronarse rey de Aragón, tuvo que hacer frente a una.

A finales de 1408, cuando este monarca había comprado y comenzado las obras del palacio de Bellesguard, estalló una nueva insurrección en Cerdeña, con el apoyo de los genoveses y los franceses, los enemigos tradicionales de la Casa de Barcelona. Una vez más, fue necesario sofocar otro levantamiento. Al frente de las tropas estaba Martín el Joven, rey de Sicilia. Para apoyar su causa, las Cortes catalanas, reunidas en Barcelona, aprobaron la formación de una flota de guerra en enero de 1409. Al mismo tiempo, el padre le escribió a su hijo, “Rei molt car primogènit” (“Rey muy querido primogénito”), una carta con consejos sobre las precauciones higiénicas que debe observar durante su estancia en la isla rebelde (2). Como veremos enseguida, fue una carta premonitoria de lo que iba a suceder…

La flota zarpó de la ciudad condal el 25 de mayo, bajo la atenta mirada del propio Martín I el Humano. Al día siguiente, el monarca se trasladaba, por primera vez, a su nuevo palacio de Bellesguard. Una de las primeras cosas que hará desde allí es escribir otra carta a su hijo, anunciándole el envío de “l’estol de Cathalunya” (la flota de Cataluña), y añade: “E sia la sancta trinitat, Rey molt cart primogènit, vostra continua protecció” (Y sea la santa trinidad, Rey muy querido primogénito, vuestra continua protección) La carta de preocupación por la salud de su hijo, Martín I la envía aún desde Barcelona, ésta, en cambio, la de trasfondo militar, lo hace desde “la casa de Bellesguart”, acabando el nombre en “t” (3)

El enfrentamiento decisivo se produjo el 30 de junio de 1409 en un lugar llamado Sanluri, muy cerca de Cagliari, la capital de Cerdeña. Martín el Joven pudo alzarse con la victoria. Uno de los capítulos más emocionantes del reinado de su padre fue la recepción de la buena nueva.

La habitación del rey en Bellesguard estaba orientada hacia el mar. Un domingo 14 de julio, el monarca, asomado a dicha ventana, vio, primero, la llegada al puerto de Barcelona de una galera desde Cerdeña y, poco después, la de un par de mensajeros anunciando la victoria a gritos mientras cabalgaban hacia el palacio (4).

Al día siguiente, el lunes 15 de julio, Barcelona era presa de euforia y se enviaban cartas a todos los rincones de la corona para informar del triunfo. Cientos de campanas repicaban en señal de alegría y agradecimiento. Ese mismo día, sin embargo, Martín el Joven, el querido primogénito y único heredero de la Casa de Barcelona, empezó a sentirse mal…

Se pone el sol

En Torre Bellesguard, podemos encontrar una serie de símbolos relacionados con la salida del sol, que siempre se acompañan de su contrario: la oscuridad del ocaso (1). Los primeros símbolos hacen referencia, como ya hemos dicho, a la época de esplendor de la Casa de Barcelona, paralela a la expansión por el Mediterráneo. Los segundos símbolos aluden al problema sucesorio planteado tras la muerte de Martín el Joven el 25 de julio de 1409 y la muerte posterior de su padre, el 31 de mayo de 1410, sin un heredero legítimo.

Parece que la causa de la muerte de Martín el Joven fueron unas fiebres producidas por la zona de marismas donde se había librado la batalla. Un mal que ya le había recomendado su padre evitar, en la carta que mencionabamos anteriormente. Sin embargo, según una leyenda italiana, la enfermedad fue consecuencia, o empeorada, por los excesos amorosos del joven rey, cautivado por una bella dama sarda, conocida como “la bella di Sanluri” (5).

Sea como fuere, una vez más, desde su mirador de Bellesguard, Martín I distinguió otra galera en el horizonte, pero, esta vez, la noticia que trae es la muerte del único hijo que había llegado a edad adulta. Ahora, los mensajeros no galopan montaña arriba. En su lugar, quien se aproxima lentamente al castillo es Vicente Ferrer (aún no era santo), amigo del monarca. Las campanas repican de nuevo por toda Barcelona, pero en señal de duelo. El 8 de agosto llega a Bellesguard Benedicto XIII, más conocido como Papa Luna, para consolar al monarca y ayudarlo a gestionar los graves retos que se preveían a corto y largo plazo…

La inesperada muerte del joven primogénito planteaba, sobre todo, una crisis sucesoria. Sus hermanos habían sido enterrados en edad infantil, y María de Luna, la primera esposa del monarca, pariente del Papa Luna, y madre del difunto, había dejado este mundo en 1406. Para evitar que se extinguiera la Casa de Barcelona, el 17 de septiembre, Martín I el Humano se casó de nuevo con Margarita de Prades en el castillo de Bellesguard. Fue una boda discreta, eclipsada aún por el reciente funeral del joven primogénito. De manera paralela, el viejo monarca intentó legitimar a Federico de Luna, un hijo bastardo de Martín el Joven.

El 12 de mayo de 1410, el monarca abandonó Bellesguard y pasó unos días en el convento de monjas de Valldonzella, donde los monarcas solían descansar antes de entrar formalmente en Barcelona. Entre el día 28 y 29 se sintió mal de manera repentina. Expirará el día 31, sin ningún descendiente directo ni habiendo logrado legitimar a su nieto bastardo (6). Con Martín I el Humano se da por acabada la Casa de Barcelona. Dos años después, durante el Compromiso de Caspe, la Corona de Aragón pasaría a una nueva dinastía, los Trastámara.

No se sabe muy bien la razón por la cual Martín I el Humano abandonó Bellesguard. Jacint Verdaguer, el poeta amigo de Gaudí, en su poema “La Custodia” (7), lo atribuye a la pena provocada por el recuerdo de la muerte de su querido hijo. La estrofa acaba mencionando Palermo, la capital de Sicilia, y Cataluña. La alusión a la ciudad italiana se justifica, por un lado, porque tanto Martín I el Humano como su hijo, Martín el Joven, fueron reyes de Sicilia, y, además, porque, en los últimos días del viejo monarca en Bellesguard, los embajadores sicilianos habían estado a favor de legitimar a Federico, el hijo bastardo de Martín el Joven, el rey que había nacido y muerto un 25 de julio, día de San Jaime.

“Del real monasterio de Valldonzella,

En la sala más amplia y espaciosa

Languidece de fiebres

Nuestro rey Martín hace tres días

Y ningún médico hace un buen augurio.

Y es que de Bellesguard, el real sitio,

Donde era perseguido por la tristeza

que le provocaba el día de San Jaime

la nueva muerte de su único hijo

Martín el de Sicilia.

!Bien te ha llorado tu padre,

Bien te lloran Palermo y Cataluña!”

Notas

(1) Garcés, Ferran (15/03/2019), “Els sols de Bellesguard”, blog de Bellesguard

(2) Vall i Comaposada, Josep M. (2014), Bellesguard. De la residència de Martí L’Humà a la torre de Gaudí, Duxelm, Barcelona, p. 145

(3) Íbid, p. 146-147.

(4) Bernat Metge, consejero del monarca y el primer gran escritor en lengua catalana, escribió una carta describiendo la recepción de la buena nueva. Gracias a ella, sabemos que, en un primer momento, no se sabía cuál era exactamente la noticia (véase frase final)

“Sapigueu que diumenge, a 14 del present mes, estant en la casa de Bellesguard i desitjant molt saber novetats de nostre molt estimat primogènit el rei de Sicília i de la seva host, de la finestra de la nostra cambra vam veure venir una galera de la part de llevant que va arribar a la platja de Barcelona. I al cap de poc estigué amb nós en Guillem Pujada, qui ens va dir que la dita galera venia de Sardenya i que portava bona nova, però que ell encara no la sabia.” Metge, Bernat (1950), Obres completes i selecció de lletres reials per ell redactades, Editorial Selecta, Barcelona, carta del 22 de juliol de 1409. A Internet, podeu accedir a la carta en la web d’Endrets: “Lo Rei. Capità 

(5) Pisanu, Rosanna (20/12/2020), “La schiava di Sent Luri tra storia e leggenda. La bella di Sanluri, l’ultima amante di Martino il Giovane”, Accademia sarda di storia di cultura e di lingua.

(6) Ildefons Falcones, en el capítulo 17 de su novela Los herederos de la tierra, plantea la posibilidad de que Martín I el Humano fuera envenenado para que muriera antes de que pudiera legitimar a su nieto bastardo, trámite que estaba previsto formalizarse el 1 de junio, es decir, solo un día después del óbito del viejo monarca.

(7) La traducción es nuestra. Para el original, en catalán: Codina i Valls, Francesc (2006), Jacint Verdaguer. Barcelona. Textos para un libro, Obra completa, serie B, volumen 38, Eumo Editorial/Societat Verdaguer, Vic, p. 166