Aportaciones del modernismo catalán al desarrollo arquitectónico de Barcelona

Barcelona no puede entenderse sin el modernismo, tuvo un impacto tan grande, que transformó la ciudad y la sociedad de la época.

¿Cómo y cuándo se desarrolló el modernismo catalán?

El modernismo catalán surgió a finales del siglo XIX. Su origen se debe a los aires de cambio que trajo la revolución industrial (que empezó en el siglo XVIII, y de la que Barcelona fue pionera) ya los adelantamientos tecnológicos que surgieron de ésta, como la electricidad o el ferrocarril.

En toda Europa se estaba experimentando una nueva forma de vivir en la que se quería avanzar hacia una sociedad mucho más moderna.

Principales características del modernismo catalán en la arquitectura

Una de las mayores motivaciones del modernismo era la de romper con las formas del pasado al tiempo que se creaba un nuevo arte.

● Se buscaron nuevas formas y materiales en la naturaleza. También nuevos aires que estaban muy lejos del anterior estilo de la arquitectura industrial, que evidentemente era mucho más seco y básico. Esto quedó plasmado en muchos factores como la planta de edificios, los materiales de construcción o el diseño de las fachadas.

● Se apostó por una mayor libertad a la hora de crear. Esta inspiración en la naturaleza que caracteriza al modernismo también se tradujo en nuevas formas que escapaban del estilo académico.

● Los arquitectos empezaron a buscar el preciosismo y pasaron a colocar elementos como formas y figuras de animales o vegetales para decorar los exteriores. Asimismo, se empezó a recurrir a mayores esculturas (personajes mitológicos o animales, entre otros), así como a enrejados de hierro forjado o la cerámica.

Otros factores que influyeron en el inicio del modernismo catalán

● La vuelta a casa de aquellos que se habían ido a América a hacer fortuna, y volvían con dinero y ganas de cambio.

● La primera exposición universal que se organizó en Barcelona en 1888. Supuso la construcción de nuevos edificios y un importante cambio urbanístico de la ciudad.

● El Renacimiento, movimiento cultural y político de la época basado en la recuperación y exaltación de la lengua y cultura catalanas.

El Plan Cerdà

Fue en 1860 cuando el ingeniero civil Ildefons Cerdà creó un plan de ensanche y reforma de la ciudad de Barcelona. Lo hizo siguiendo criterios del plano hipodámico y con una estructura abierta, en cuadrícula e igualitaria.

La aprobación del Plan Cerdà (gracias a él se creó el Eixample) no estuvo exento de polémica, puesto que fue impuesto por el Gobierno de España en contra del plan de Antonio Rovira y Trías, que ya había ganado un concurso del Ayuntamiento de la ciudad.

Este plan contemplaba un ensanche que se desplegaba sobre una descomunal superficie que se encontraba libre de construcciones, debido a que era considerada como una zona militar estratégica.

Asimismo, proponía una cuadrícula continua de manzanas de 113,3 metros que iría desde el Besòs hasta Montjuïc. Éstas tendrían chaflanes de 45 grados que permitirían una mejor visibilidad (una novedad aportada por el plan hipodámico) y calles de 20, 30 y 60 metros con una altura máxima de construcción de 16 metros.

Uno de los principales objetivos del plan Cerdà era el de edificar e implantar vías de comunicación entre Barcelona y los pueblos cercanos. Se sugerían extensas avenidas y casas con una altura máxima de 3 pisos.

Ildefons Cerdà era un gran defensor del equilibrio entre las ventajas urbanas y los valores rurales. Una de sus máximas dentro de este plan era la de “ruralizar” el urbano a la vez que “se urbanizaba” el rural con el objetivo de conseguir un equilibrio.

Sin embargo, el plan tardó mucho en llegar a desarrollarse: más de un siglo. Además, todo lo que se pensó en un principio se desvirtuó bastante. Muchas de estas directrices iniciales ni siquiera llegaron a aplicarse. Esto se debió, en gran medida, a varios intereses de los propietarios del suelo ya la especulación.

Aportaciones del modernismo en el desarrollo arquitectónico de Barcelona 

La corriente cultural del modernismo se manifiesta en muchos ámbitos como el pensamiento o las artes, pero es en la arquitectura donde logró una mayor plenitud.

Y es que fueron muchos los cambios que llegaron: las líneas curvas, el color o una decoración exuberante son sólo algunos de ellos. Asimismo, se recuperaron artes como pintura, escultura, cerámica, vidrio o hierro forjado con el objetivo de obtener una arquitectura innovadora.

De lo que no cabe duda es de que Barcelona y el modernismo están estrechamente ligados. Actualmente, se conservan unas 116 obras de este movimiento en la ciudad. Veamos cuáles son algunas de las más representativas:

La Sagrada Familia

Es el monumento turístico más visitado de España. Se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad. Las obras se iniciaron en 1882 por Antoni Gaudí, quien le dedicó más de 40 años de su vida. Se calcula que se acabará de construir en 2026.

La Torre Bellesguard

La Torre Bellesguard construida por Antoni Gaudí entre 1900 y 1909, es una obra primordial del modernismo catalán por su fusión única de estilos arquitectónicos, su belleza y su importancia histórica.

Palacio de la Música Catalana

Las obras del Palau de la Música Catalana empezaron en 1905, precisamente en un día tan importante para la ciudad como el de Sant Jordi. Éstas, a pesar de que parezca mentira, sólo duraron tres años. De revestimiento cerámico y obra vista, tiene una fachada que sorprendió a los habitantes de la ciudad cuando se inauguró en 1908 con un magnífico concierto.

Algunos de los arquitectos más representativos del modernismo catalán

Dentro del modernismo catalán hay grandes arquitectos, de los que sólo citaremos tres:

Antoni Gaudí

Gaudí es uno de los mayores representantes del modernismo arquitectónico catalán. La gran mayoría de sus obras declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad están en Barcelona.

Con claras influencias del arte gótico, de las formas orgánicas de la naturaleza y de las construcciones orientales, Gaudí tiene una innovadora y creativa forma de entender la arquitectura.

José Puig i Cadafalch

Este arquitecto nacido en Mataró en 1867 está considerado como uno de los más relevantes dentro del modernismo catalán. En sus obras se observa un claro gusto por lo medieval. En ellas utiliza elementos historicistas a través de los cuales buscaba la originalidad y novedad. La casa Amatller, el Palacio del Baró Quadres y la Casa Company son alguna de las más significativas.

Domènech y Montaner

Lluís Doménech i Montaner, nacido en Barcelona en 1850, es un claro exponente del paso de la arquitectura más ecléctica a la más moderna.

La ornamentación de sus edificios está basada fundamentalmente en la arquitectura hispano-árabe. También predominan las líneas curvilíneas propias del modernismo.

Entre su obra destacan el Hospital de Sant Pau, el Palacio de la Música Catalana y el Restaurante Es castell de los 3 dragones, entre otros.

Obras del modernismo catalán fuera de la ciudad

Si bien Barcelona fue el centro del modernismo, podemos encontrar ejemplos en toda Cataluña, como por ejemplo:

La Casa Rull

Situada en Reus, fecha de 1900. Las fachadas de la Casa Rull combinan piedra y ladrillos y están rematadas con almenas. En su primer piso puede verse un vistoso balcón con decoración floral en barandilla.

La Casa Coll y Regàs

Este edificio modernista proyectado por Josep Puig i Cadafalch en 1898 se encuentra en Mataró. Le debe su nombre al hecho de haber sido encargado por empresario textil Joaquim Coll i Regàs. En 2000 fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional.