LOS SOLES DE BELLESGUARD

Cada vez queda menos para la llegada de la primavera. Desde ahora en adelante los periodos de luz se alargan y con ellos la posibilidad de disfrutar del sol. Un buen momento para apreciar cómo Gaudí integró el movimiento del astro rey en la construcción de Bellesguard, tanto de manera metafórica como física, dado la cantidad de luz interior en todas las habitaciones de la casa.

La entrada al castillo

Esta es la primera imagen del sol que nos muestra Gaudí. Un sol acompañado por varios símbolos entorno a las cuatro barras del escudo de la Corona de Aragón. El sol figura en la parte superior derecha en paralelo a la fecha 1409, escrita a la izquierda en números romanos. La fecha recuerda el año en que Martín I se casa en segundas nupcias con Margarita de Prades en el palacio de Bellesguard. El sol representa el esplendor cultural alcanzado durante el reinado de este monarca llamado el Humano por su vinculación con el humanismo, el movimiento filosófico y artístico del Renacimiento.

El sol, sin embargo, el arquitecto reusense lo utiliza también para simbolizar la oscuridad que arrastra el ocaso, es decir, la decadencia. En oposición al sol vemos una cara con los ojos tapados en la parte inferior izquierda. Gaudí juega aquí con el significado de Bellesguard, que -recordemos- significa “Bella Vista”. Su contrario es la privación del sentido de la vista. Junto al símbolo de la oscuridad, en la parte inferior derecha, leemos 1909, fecha en que Gaudí termina su trabajo en Bellesguard, indicando quizás que, en su época, Cataluña sólo podía añorar las glorias del pasado, aunque el otro período de esplendor fue justamente la época del mismo Gaudí, es decir, el Modernismo y la Renaixença.

Los bancos centrales del jardín

El movimiento del sol dota de significado a los símbolos representados en los bancos semicirculares situados en el centro del jardín. Mirando hacia la casa, a Bellesguard el sol sale por el lado del banco situado a la derecha. En este banco encontramos dos ángeles llevando el escudo de la Corona de Aragón que ya hemos visto en la puerta del castillo. Encima de las cuatro barras destaca la corona real.

En el otro banco, el de la izquierda, los dos ángeles llevan el escudo del Casal de Barcelona, la cruz de San Jorge, y vemos la corona condal. Como este banco está orientado hacia el oeste, la imagen se ha interpretado como el ocaso del Casal de Barcelona. Recordemos que Martín I fue el último descendiente de este linaje. Una vez más, Gaudí utiliza el movimiento del sol para simbolizar tanto el brillo como la oscuridad de los cambios en la historia.

Los mosaicos laterales de la puerta

En el banco sureste de la Torre podemos leer en números romanos la fecha 1916, el año en que Domènec Sugrañes, uno de los mejores colaboradores de Gaduí, finalizó las obras en Bellesguard. También vemos un sol, que corresponde al amanecer. La imagen nos recuerda el período en que la Armada Real del Casal de Barcelona conquista el Mediterráneo. Ahora bien, el barco mostrado en el banco lleva una vela blanca, una señal de duelo y de malas noticias en aquella época.

Según una leyenda, el rey Martín I, desde la galería de su castillo en Bellesguard, vio como retornaba en Barcelona la flota de la batalla de Sanluri. Uno de los barcos desplegaba las velas blancas, llevando buenas y malas noticias. Su único heredero, Martín el Joven, había ganado la batalla pero había muerto pocas semanas después. La sucesión a la corona estaba en peligro. En el lateral opuesto, en la fachada noroeste está el triste desenlace de esta tragedia

En primer lugar, 1410, la fecha en la que muere el rey Martín I, sin descendencia. La silueta de Montserrat representa Cataluña, tras él vemos otro sol, pero corresponde al ocaso, como símbolo del fin del Casal de Barcelona. Después de un periodo de interregno de dos años, que finaliza con la firma del Compromiso de Caspe, un nuevo rey se sentará en el trono de la Corona de Aragón: Fernando de Antequera, de la dinastía castellana de los Trastámara.

La luz interior de la casa

En la Torre Bellesguard, así como en el resto de proyectos de Gaudí, la luz natural es un elemento de gran relevancia. El control que tiene Gaudí sobre la entrada de la luz es totalmente sublime. Este aspecto es uno de los factores básicos en la obra gaudiniana, el control de la buena iluminación y buena ventilación en los espacios interiores. Gracias a sus soluciones arquitectónicas, Gaudí destaca por encima del resto de compañeros de profesión contemporáneos a él. Es digno de admiración como supedita los elementos prácticos a los aspectos artísticos, cuando la mayoría de arquitectos se centrarán sólo en la parte artística y olvidarán la faceta funcional de sus proyectos.

A modo de ejemplo, el gran vitral tridimensional en forma de estrella es un elemento básico para la entrada de luz en la Torre, a pesar de la primera impresión exterior. En efecto, Gaudí juega y nos engaña al mostrarnos un edificio con una fachada forrada de piedras y con ventanas góticas muy estrechas, dando la impresión de ser un edificio oscuro por dentro. Todo lo contrario, el genial arquitecto nos sorprende en el interior de la casa con una entrada de luz excelente incluso en días nublados.