¿Sabes qué? Bellesguard ANTES de Gaudí, capilla y biblioteca. Parte II

Por: Ferran Garcés

 

Han sobrevivido muy pocas partes -y objetos- del palacio original que, cinco siglos antes de Gaudí, se alzaba en este lugar. El Cristo de la foto es uno de ellos. Formaba parte de una zona de la que hoy hablaremos, la antigua capilla. Una pieza fundamental del palacio junto con la biblioteca. Ambas justifican los dos sobrenombres del rey Martí I, su primer propietario.

 

Estos sobrenombres fueron, por un lado, “el Humanista”, en relación con el humanismo, la filosofía del Renacimiento caracterizada por una intensa bibliofilia, y por otro lado, “el Eclesiástico” (1), porque Martí I también fue un devoto ferviente, aficionado a coleccionar reliquias milagrosas, asistir a misas y proteger iglesias.

 

La capilla

La capilla del palacio de Bellesguard estaba dedicada a los santos Abdón y Senén, dos mártires muy venerados  en los reinos de la Corona de Aragón durante aquella época. Gracias a las cartas conservadas de Martí I, sabemos que el rey escribió al abad de Santes Creus pidiéndole que le enviara un monje para “la Custodia de dicha capilla” (2).

 

Sabemos también que no debía ser muy grande, ya que era de carácter privado. No obstante, la capilla será la parte del palacio que mejor sobrevivirá en el tiempo. A mediados del siglo XX, todavía se podía ver la entrada, aunque muy reformada y reconvertida para usos no siempre litúrgicos. La actual iglesia del Santísimo Redentor -obra de Bernardí Martorell, entre 1919 y 1925- se construyó sobre sus escasos restos.

 

A continuación, hemos subido dos imágenes que reflejan el estado final “de dicha capilla”. Se pueden comparar con el dibujo de la cabecera de este artículo, una ilustración del artista Jorge Egea que recrea el posible aspecto del palacio del rey Martí I. Procede de un libro publicado en 2015 (enlace). La primera imagen es un dibujo del pintor Lluís Rigalt, datado en septiembre de 1870, que ilustra el aspecto de Torre Bellesguard en aquel entonces. La capilla se distingue detrás del ciprés. La segunda imagen, posterior a 1925, muestra la entrada exterior de la primitiva capilla del rey Martí I, casi irreconocible. En la foto la vemos integrada en el Asilo de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, congregación que ocupaba la propiedad antes de instalarse la actual universidad Abat Oliva (3).

 

Por otro lado, muy pocos objetos del palacio original han perdurado hasta hoy. De ellos, dos formaron parte de esta capilla, donde Martí I celebró su segunda boda en el año 1409. El primero ya lo hemos visto en la imagen de la cabecera. Se trata de un Cristo, regalo de Margarida de Prades, la novia, y el segundo corresponde a un portapaz, regalo del Papa Luna, el invitado de honor que bendijo el matrimonio. Actualmente, ambos se conservan en el Museo de Montserrat (4).

 

La biblioteca

La biblioteca posiblemente estuvo situada en el piso superior, bien iluminada por ventanales, como era característico de las residencias de los nobles y la alta burguesía. Gracias al inventario bibliográfico realizado a la muerte de Martí I, sabemos que la componían 312 libros escritos en una quincena de lenguas y dialectos diferentes. Una cantidad muy destacada para la época. Recordemos que la imprenta aún no se había inventado y, en consecuencia, los libros se copiaban manualmente. Los temas también eran muy variados: historia, geografía, geomancia, astrología, alquimia, filosofía…, e incluso un manual de ajedrez, dado que el monarca era un jugador experto. De hecho, además de libros y reliquias, Martí I también coleccionaba tableros y piezas de ajedrez y damas.

 

La biblioteca de Bellesguard incluía tanto libros piadosos como obras de escritores clásicos. Entre los autores contemporáneos, destacan Bernat Metge, Francesc Eiximenis y Antoni Canals, todos ellos amigos del monarca y destacados impulsores del humanismo en Cataluña y Valencia. Era tan grande la pasión que Martí I tenía por los libros que realizó varios inventarios y copias, lujosamente ilustradas y editadas. Sabemos, por ejemplo, que su ejemplar del Libro de Marco Polo estaba protegido por cubiertas de cuero verde. Lamentablemente, poco después de la muerte del rey, esta fabulosa biblioteca se dispersó, perdiéndose el rastro de la mayoría (5).

 

Notas

(1) Vall i Comaposada, Josep M., (2014) Bellesguard. De la residencia de Martí el Humanista a la Torre de Gaudí, Duxelm editorial, Barcelona, p. 22.

(2) Hoy en día es más conocido como Martí I el Humanista, pero este sobrenombre lo pusieron cronistas posteriores. Las fuentes contemporáneas lo llamaban “el Eclesiástico”. Más información sobre este sobrenombre: Serrano Coll, M. “Semblanza del rey Martí el Humanista a través de su promoción artística”, en Ferrer i Mallol, M. Teresa (coord.), Martí el Humà: el último rey de la dinastía de Barcelona (1396-1410): l’Interregne i el Compromís de Casp (2015), Editorial IEC, Barcelona, p. 669-675.

(3) Ibid. carta original, ver Anexo, p. 149, carta nº 19.

(4)Ibid. p. 92-98.

Más información: Bassegoda i Nonell, Joan, (2003), “L’arquitecte Bernardí Martorell i Puig (1877-1937)”, Bolletí de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, p.45-46 (enlace).

(4) Ibid. p. 52-53.

(5) Ibid. p. 53-55.

Más detalles sobre la biblioteca en: Peña Martínez, José Antonio (2010), Martí I el Humano. Un rey sin heredero, Abadía de Poblet, p. 145-170.