Agenda: Los Juegos Olímpicos de Barcelona antes de 1992…

Por: Ferran Garcés

 

 

 

En la foto de cabecera podemos ver el busto de Píndaro, uno de los poetes más destacados de la Antigua Grecia. Es celebre por cantar las victorias de los atletas de los Juegos Olímpicos y los otros grandes certámenes de su tiempo (Juegos Ístmicos, de Nemea y Píticos) De hecho, Pierre de Coubertin, el fundador de los Juegos Olímpicos de época moderna, consciente de la importancia de la poesía en la antigüedad clásica, fue partidario de añadir un concurso literario y artístico. Los Juegos Olímpico de los que hoy hablaremos, los celebrados en Bellesguard, son deudores de aquel espíritu poético original, pero, vayamos por partes…

Hace 31 años…

Entre el 25 de julio y el 9 de agosto se celebraron en Barcelona los Juegos Olímpicos de Verano de 1992. En ellos, no se celebró ningún concurso poètico, pero si se realizaron importantes obras artísticas. En espeecial, en el campo de la arquitectura y el urbanismo. Obras que transformaron profundamente el espíritu de la ciudad. Entre las nuevas estructuras, destaca la construcción de las Rondas.  Con ellas se buscaba facilitar el enlace de las cuatro áreas olímpicas (Montjuic, Villa Olímpica, Vall d’Hebron y Diagonal). Desde entonces, para llegar a Torre Bellesguard en coche, es necesario tomar la salida 7 de la Ronda de Dalt. Una foto realizada antes de su construcción, en los años 80, nos permite comparar el paisaje circundante de antes, con amplias zonas verdes, y el actual, más urbano (la foto está sacada de un video, donde se puede apreciar mejor el cambio del paisaje: enlace) El concurso poético de los juegos olímpicos de Barcelona se celebró mucho antes, en un paisaje aún más agrestre…

Hace 320 años

En 1703, Bellesguard era propiedad de Joan de Gualbes i Copons, el último miembro de una antigua estirpe que había servido a los últimos reyes de la Casa de Barcelona, e, incluso participado en el Compromiso de Casp, en 1410. Además de soldado, fue un poeta de versos satíricos (1), y un amante de las artes. Por esa razón, a pesar de heredar una propiedad en ruinas, se esforzó en convirtirla en un “parnaso”, es decir, en una propiedad rodeada de belleza. En este idílico ambiente se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de Barcelona…

En aquella época, Joan de Gualbes había acogido la llamada Acadèmia dels Desconfiats, una institución fundada en el año 1700 que reunía a miembros de la aristocracia barcelonesa aficionados a la literatura y la historia de Cataluña. Su sede original estaba en la calle Montcada, en el centro de Barcelona, pero tres años después se trasladó a Bellesguard, entonces una zona alejada de la ciudad. Una localización muy apropiada dada el carácter político de la institución, porque, muchas de sus sesiones culturales eran, en realidad, reuniones políticas clandestinas a favor del archiduque Carlos de Austria, partidario de respetar los derechos de Cataluña durante la llamada Guerra de Sucesión Española (1701-1714).

 

Uno de los fundadores de la Acadèmia fue Antoni de Peguera i d’Aimeric, marqués de Foix y el primer coronel del regimiento de infantería de las Guardias Catalanas. Como Gualbes, también fue escritor. A principios de 1703, Antoni Peguera representó una obra titulada “Loa para la Comedia de los Juegos Olímpicos” en los jardines de Bellesguard. La obra se inspiraba en una obra de teatro anterior de nombre similar escrita por el escritor castellano Agustín de Salazar y Torres, pero la obra de Peguera escondía, en clave metafórica, una defensa de Cataluña y una llamada a la insurrección (2). Desafortunadamente, con la derrota de Barcelona en 1714, tanto el paso de la Acadèmia por Bellesguard como la figura de Joan Gualbes cayeron en desgracia. Solo en época reciente se ha podido recuperar su recuerdo y, con él, descubrir otro sorprendente capítulo de la larga historia de Bellesguard: residencia de un rey y un papa (3), escondite de un bandolero (4), sede olímpica, como acabamos de ver, y escenario de uno de los edificios más singulares de Antoni Gaudí.

 

Notas

(1) Brown, Kenneth, y de Melchor (1995), Vida y obra de Joan de Gualbes i Copons, Publicaciones de l’Abadia de Montserrat, Barcelona, p. 40 y 63.

 

(2) Brown, Kenneth (2008), “Els Jocs Olímpics a Barcelona el 1703: Una lliçó per entendre la desfeta de l’Onze de Setembre del 1714”, Institut de Cultura de Barcelona, p. 17-18. Ver también: 7, 24 y 30-34.

 

Existe otra obra similar, con la misma intencionalidad política y fruto también de la colaboración entre Antoni Peguera y Joan Gualbes. Más información: Brown, Kenneth (2011), “Nous versos d’Antoni de Peguera i Aimeric: el Poema armónico que se cantó, en aplauso de un nataclicio”, Butlletí de la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona.

 

(3) El rey fue Martí (enlace) I y el papa Benedicto XIII (enlace)

 

(4) El bandolero fue Serrallonga (enlace)