Un embajador italiano regresa a Bellesguard 

Por: Ferran Garcés 

El pasado sábado, 18 de enero, tuvimos el placer y el honor de recibir al Sr. Giuseppe Buccino Grimaldi, embajador de Italia en España, acompañado de su esposa, Mónica Moschitti. También estuvieron presentes Chiara Curti, arquitecta y autora del libro La Sagrada Familia: Catedral de la Luz, y Galdric Santana, arquitecto, Director de la Cátedra Gaudí de la UPC, Director del Grupo de Investigación Bellesguard y Comisario del Año 2026. 

Giuseppe Buccino Grimaldi, Monica Moschitti, Chiara Curti, Ferran Garcés i Galdric Santana

Más que una típica visita turística, fue una interesantísima conversación sobre arte, historia y, lógicamente, la obra de Gaudí. 

De inmediato se destacó la relación entre Italia y el pasado de Bellesguard, que se remonta a la época del antiguo palacio de Martín I el Humano. Una relación que Gaudí y su ayudante, Domènec Sugrañes, conocían plenamente al concebir la actual torre. Uno de los puntos de unión más singulares es que, en 1410, el palacio recibió la visita de los embajadores de Sicilia. Por lo tanto, fue motivo de doble satisfacción recibir a otro embajador italiano seis siglos más tarde. A continuación, repasaremos brevemente los principales vínculos con el país vecino del Mediterráneo. 

Reinas y soldados 

Si observamos el árbol genealógico de la Casa de Barcelona, la dinastía de Martín I el Humano, notaremos que, a partir de Pedro el Grande, se repiten los nombres de reinas italianas, comenzando por Constanza de Sicilia, esposa de este monarca, quien inició la ocupación de la isla de su esposa. Siguiendo esta tendencia, la madre de Martín I el Humano fue Leonor de Sicilia, y la primera esposa de su hijo, Martín el Joven, fue Blanca de Sicilia. 

Estos matrimonios representan los crecientes vínculos resultantes de la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo. Vínculos que incluyen no solo reinas, sino todo un abanico de colaboradores. El ejemplo más conocido, probablemente, es Roger de Lauria, el almirante más famoso de la Armada Real. Era hijo de Bella d’Amichi, dama de compañía de la reina Constanza de Sicilia. 

Humanistas y artistas 

Además de reinas y soldados, o funcionarios públicos, el puente entre Italia y la Corona de Aragón también propició un flujo fundamental de personas de las letras y las artes. Fue la época dorada del Humanismo, el movimiento cultural iniciado en Italia y que, justamente,  durante el reinado de Martín I el Humano, llega a Cataluña y a otros territorios de la Corona. Bernat Metge, su principal consejero durante la estancia del rey en el palacio de Bellesguard, fue quien mejor asimiló dicho movimiento. Por otro lado, algunos autores consideran que el sobrenombre del rey, “el Humano”, posiblemente se explique por su adhesión a las corrientes humanistas. 

Los embajadores sicilianos 

El giro del destino hizo que graves asuntos surgieran durante la estancia del rey Martín I en Bellesguard. Como resultado, destacadas personalidades de la época desfilaron por el palacio. Entre ellas, los embajadores sicilianos mencionados al principio. 

Pocos años después del fallecimiento del monarca, fue en Nápoles –ciudad natal del embajador Giuseppe Buccino Grimaldi– donde un destacado humanista italiano, Lorenzo Valla, consignó las posibles causas de su muerte en un libro que sigue siendo la principal referencia para conocer los últimos momentos de Martín I en su palacio de Bellesguard. 

Un epílogo musical 

La lista es más larga, pero pondremos fin con un epílogo musical. Dos óperas del conocido compositor italiano Giuseppe Verdi evocan los vínculos de los que hablamos. Ambas están, de alguna manera, reflejadas en la decoración del banco de cerámica que puede verse en la entrada de la Torre Bellesguard (para una visión más amplia ver: Verdi y España)

En primer lugar, I vespri siciliani (Las vísperas sicilianas), ópera inspirada en la época en que Pedro el Grande inicia la anexión de la isla de su esposa, Constanza de Sicilia. Durante las batallas originadas por esta anexión, Roger de Lauria afirmó que ningún pez se atrevería a emerger en el Mediterráneo sin llevar en su cola el escudo real con las cuatro barras. 

En segundo lugar, Il Trovatore (El trovador), ópera ambientada en las luchas entre Jaime de Urgel y Fernando I de Antequera, tras el Compromiso de Caspe, debido a la muerte de Martín I el Humano sin descendencia legítima. Este momento se ha asociado al inicio de la decadencia de Cataluña, representado alegóricamente en el banco de Bellesguard con una imagen de la silueta de Montserrat, símbolo de Cataluña, bajo un sol poniente nublado y la fecha de 1410, año en que murió Martín I el Humano. Ah, y, por cierto, el principal libretista de esta ópera fue Salvatore Cammarano, un conocido poeta nacido en Nápoles, como el embajador Giuseppe Buccino Grimaldi. 

En resumen, muchos motivos para que nos haya hecho tanta ilusión la visita de este embajador a una obra de Gaudí tan vinculada a la historia compartida de su país y el nuestro.