¿Sabías qué?: La Estrella de los Reyes Magos

Por: Ferran Garcés

Llegamos a la última entrada del “Tríptico de la fachada espiritual de Bellesguard”, que iniciamos el mes de diciembre, con las referencias a la Inmaculada Concepción y a la Santísima Trinidad. Se trata, como hemos visto, de una fachada cargada de simbolismo, empezando por su altura, que, desde el punto más alto de la cruz hasta tierra, mide 33 metros, la edad en que Jesucristo fue crucificado. Ahora bien, el símbolo que nos ocupa hoy nos evoca su nacimiento. Era por la noche, hacía frío y unos reyes magos seguían una estrella…

Tras la muerte de Gaudí, en 1926, el arquitecto Josep F. Ràfols catalogó todo el archivo personal del maestro. Dos años después, publicó su primera biografía, y, en ella, leemos que uno de los rasgos más notables de Torre Bellesguard es “la estrella verde y amatista que evoca los Reyes de Oriente” (1). En consecuencia, la interpretación de Ràfols, es, quizás, la primera conocida de la iconografía de Bellesguard. Parece justificarse por la presencia de un octograma, o estrella de ocho puntas, en las representaciones más antiguas de la Epifanía, nombre oficial de la fiesta en que se celebra el nacimiento de Jesús y su adoración, entre otros creyentes, por parte de los Reyes Magos.

Lo vemos, a modo de ejemplo, en un conocido mosaico de la iglesia de santo Apoloni en Ravena, Italia, donde se muestra a estas legendarias figuras llevando sus regalos para el niño Jesús, guiados por un octograma. Fechada en el siglo VI, se considera una de las primeras imágenes de la Epifanía (2).

Encontramos también un octograma en el relevo de un capitel de la catedral de Saint Lazare de Autun, en Francia, de principios del siglo XII. En esta segunda obra, la escena tiene lugar un poco antes de la Epifanía. Durante su camino hacia Belén, dos de los reyes están dormidos y el tercero es despertado por un ángel que le muestra, precisamente, una estrella de ocho puntas. A finales del siglo XIII, todavía volvemos a ver el mismo símbolo en La Adoración de los magos, de Pietro Cavallini, un pintura conservada en Santa Maria del Trastevere, también en Italia.

La forma de la estrella de Reyes Magos, sin embargo, empezará a transformarse a principios del siglo XIV. Entonces, un genio llamado Giotto, revolucionará el mundo del arte, prefigurando el Renacimiento. También realizará un cambio más sutil. En lugar de representar la señal que guía a Reyes Magos como una estrella, pintará una bola de fuego dejando tras de sí un rastro brillante en el cielo. Dicho cambio lo hará influido por el recuerdo del paso del cometa Halley en 1301, un fenómeno que atrajo la atención de todos sus contemporáneos. El cuadro donde mostró tan moderna imagen es su Adoración de los Reyes, de 1305, y la podemos ver en los frescos de la Capilla de los Scrovegni, en Padua, Italia. Desde entonces, la imagen de la estrella no ha dejado de variar, así como su posible explicación: cometa, conjunción planetaria, supernova…

En cualquier caso, la forma adoptada por Gaudí en Bellesguard fue la estrella tradicional de ocho puntas. La misma forma que, a veces, se asocia a la Virgen María, como veíamos en la primera entrada de esta trilogía (Inmaculada Concepción). Estas dos lecturas son contradictorias? De ninguna forma. En ambos casos, la estrella nos lleva al mismo lugar: a Belén, el lugar donde nacerá Jesús. Una coincidencia que parece reforzar otra hipótesis. La base de la vidriera de Bellesguard, en forma de tres peldaños, podría ser el soporte de un pesebre que nunca se terminó con las figuritas características de los nacimientos navideños. Las estrellas alrededor del ocotograma central repersentarían las  otras luces del firmamento.

En resumen, las diversas interpretaciones propuestas enriquecen el misterio alrededor de la vidriera de Bellesguard. Josep M. Vall y Comaposada, el autor –hasta hoy- del único libro monográfico de Torre Bellesguard, comenta que la vidriera de la estrella de ocho puntas “es una solución decorativa única de Gaudí y no se repite en ningún otro de sus edificios” (3). Una solución, además, de gran carga simbólica. De hecho, solo hemos visto dos posibles interpretaciones, pero se han propuesto muchas más. En otra entrada hablaremos de ellas. Por otro lado, la vidriera no es el único lugar donde podemos ver un octograma en Bellesguard. Donde más hay estrellas de ocho puntas?… Ven a descubrirlos personalmente. Te esperamos!

Notas

(1) Ràfols, Josep F.: Antonio Gaudí (1852-1926), Ed. Canosa, Barcelona, 1928, p. 75 (La edición en catalán es de 1928, la castellana de 1929).

(2) Hay que matizar que no siempre la estrella de Reyes Magos es un octagrama. Por ejemplo, en el románico aragonés existe una escena con dos estrellas de siete puntas superpuestas. La podemos ver en el tímpano de acceso al claustro de San Pedro lo Viejo, en Huesca: enlace. Hoy en día, esta estrella se representa con diversidad de formas, combinando la iconografía de la estrella, con ocho o menos puntas, y la del cometa.

(3) Vall i Comaposada, Josep M.: Bellesguard. De la residència de Martí L’Humà a la Torre de Gaudí, Barcelona, Ajuntament de Barcelona, 2014, p. 119